martes, 21 de agosto de 2012

MOMENTOS ESPECIALES


Momentos de Paz

Los momentos de paz, son pequeños momentos de segundos o minutos donde elementos del medio natural se juntan para envolverte en un clima de aislamiento del mundo.

Te quedas absorto de la realidad del momento y tu cuerpo permanece inmóvil para dejar a tu mente evadirse, volar y no pensar en nada.

Se trata de momentos individuales donde la cámara de fotos esta guardada, ningún elemento es necesario,  tu memoria es sensorial y donde las palabras sobran.

Nunca sabes cuando van a llegar, pero son mágicos y generadores de optimismo y buena energía.

-          Cascada de la Poderosa (PN Podocarpus)

Estas descalzo, en bañador, con calor tras haber andado durante horas.

Con la ayuda de un palo de madera muy largo vas entrando al agua, vas muy despacio porque las piedras del río y la corriente te dificultan andar.

Sientes como el frío del agua va subiendo por las piernas, pero el momento de adrenalina de acercarte a semejante figura hace equilibrar la temperatura.

Consigues llegar justo debajo, y con la impresión  del frío y de la fuerza, tu cuerpo no te deja disfrutar todavía del momento.

El agua cae con fuerza desde 300 m arriba, pero poco a poco vas diluyéndose hasta convertirse en asequible para  y baja por la cascada hasta terminar en la laguna.    

Atraviesas la lamina de agua y te sientas dentro apreciando la grandeza de la naturaleza.

Pero ya consigues aclimatarte, y te quedas solo.

Sales de nuevo a la cascada y te quedas justo debajo de toda el agua.

Parece que hace daño, pero de repente cierras los ojos, y ya no hay frío, notas como todo tu cuerpo esta siendo “golpeado” por cada gota del agua pura de la jungla.

No escuchas nada, se hace un momento de “silencio”, no piensas en nada, y sientes como el cansancio, los malos momentos y pensamientos, se lavan para dejar paso a la tranquilidad, relax, y perfecta armonía con la naturaleza y salir por la puerta de nuevo renovado para continuar el día.

-          Cascada Chismosa (PN Podocarpus)

Estas andando con tus compañeros por una vereda hasta  un río, tienes el cuerpo frío y no te apetece bañarte, pero ves como unos niños estas felices chapoteando en el agua cerca de la cascada y también quieres probar.

Te quitas las botas y paseas por el agua, pero no sientes ganas de meterte debajo de la cascada, así que paseas con cuidado entre las piedras del río y pequeños lugares con arena fina donde podías pisar sin temor a resbalar.

Allí hay una piedra perfecta donde uno se sienta y………ocurre.

De repente el mundo de alrededor desaparece, el ruido de los niños y las voces de tus compañeros, tan solo existe la corriente del agua sobre los tobillos.

La mirada desaparece en el interior del caudal transparente hasta cerrar los ojos, la melodía del río se magnifica para ensordecer el ruido atmosférico de la naturaleza.

Momento de donde no sientes nada más que  paz interior.


-          A la orilla del río Nangaritza

Bajas la cuesta, anonadado por el paisaje te dejas llevar hasta la orilla del río.

Te sientas en una roca.

 El sol decide deshacerse de las nubes para dar calidez al ambiente.

Tus ojos no saben en que fijarse, pues un cuadro está ante tus ojos, un río amazónico son sus meandros rodeado de una inmensidad verde y un sistema montañoso al fondo.

El sonido de las aves y  el murmullo de la amazonia, acompasado con el agua del río.
Con semejante BSO y el sol calentando como nunca, la vista se pierde en el infinito verde dejándote embeber por el poder de la madre naturaleza.

Tu cuerpo se queda en un estado de profundo relax. Los ojos terminan cerrándose para agudizar el sentido del oído, y dejando entrar cada uno grandes y de los pequeños pero muy significantes sonidos de la selva, y como si de una esponja se tratara, absorberlos para realizar un mosaico en el cual perderte.

Cuando vienen tus compañeros parece que han pasado días cuando tan solo han sido minutos, esa es la magia de estos momentos.

-          Parque Nacional Cajas

Vas de ruta por una senda.

Te quedas rezagado haciendo fotos.

Continuas andando por la ruta hasta un enclave en el que hay que subir a unas rocas para luego bajarlas por el otro lado.

Justo cuando llegas a la cima de las rocas, te quedas petrificado.

Un fuerte viento llega a ese punto, como si procedieran de los 4 puntos cardinales.

Tu brazos se abren como si fueras a volar, cierras los ojos, y sientes como si el viento te atravesara y limpiara todas las preocupaciones, problemas o inquietudes. En pocos segundos de no pensar en absolutamente nada el cuerpo se queda sin tª ni frío ni calor, y no pesa nada, a dejado de ser tuyo para formar parte del viento fresco del Parque Nacional del Cajas.

Instantes de purificación que cuando decides abrir los ojos te encuentras con un paisaje ocre y extenso, acompañado por lagunas con carrizos decorando sus aguas.

 Él te ayuda a continuar tu camino sin desentonar con el momento de paz vivido.

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