Momentos
de Paz
Los
momentos de paz, son pequeños momentos de segundos o minutos donde elementos
del medio natural se juntan para envolverte en un clima de aislamiento del
mundo.
Te
quedas absorto de la realidad del momento y tu cuerpo permanece inmóvil para
dejar a tu mente evadirse, volar y no pensar en nada.
Se
trata de momentos individuales donde la cámara de fotos esta guardada, ningún
elemento es necesario, tu memoria es
sensorial y donde las palabras sobran.
Nunca
sabes cuando van a llegar, pero son mágicos y generadores de optimismo y buena
energía.
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Cascada de la Poderosa (PN Podocarpus)
Estas
descalzo, en bañador, con calor tras haber andado durante horas.
Con
la ayuda de un palo de madera muy largo vas entrando al agua, vas muy despacio
porque las piedras del río y la corriente te dificultan andar.
Sientes
como el frío del agua va subiendo por las piernas, pero el momento de
adrenalina de acercarte a semejante figura hace equilibrar la temperatura.
Consigues
llegar justo debajo, y con la impresión del frío y de la fuerza, tu cuerpo no te deja disfrutar
todavía del momento.
El
agua cae con fuerza desde 300
m arriba, pero poco a poco vas diluyéndose hasta
convertirse en asequible para y baja por
la cascada hasta terminar en la laguna.
Atraviesas
la lamina de agua y te sientas dentro apreciando la grandeza de la naturaleza.
Pero
ya consigues aclimatarte, y te quedas solo.
Sales
de nuevo a la cascada y te quedas justo debajo de toda el agua.
Parece
que hace daño, pero de repente cierras los ojos, y ya no hay frío, notas como
todo tu cuerpo esta siendo “golpeado” por cada gota del agua pura de la jungla.
No
escuchas nada, se hace un momento de “silencio”, no piensas en nada, y sientes
como el cansancio, los malos momentos y pensamientos, se lavan para dejar paso
a la tranquilidad, relax, y perfecta armonía con la naturaleza y salir por la
puerta de nuevo renovado para continuar el día.
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Cascada Chismosa (PN Podocarpus)
Estas
andando con tus compañeros por una vereda hasta
un río, tienes el cuerpo frío y no te apetece bañarte, pero ves como
unos niños estas felices chapoteando en el agua cerca de la cascada y también
quieres probar.
Te
quitas las botas y paseas por el agua, pero no sientes ganas de meterte debajo
de la cascada, así que paseas con cuidado entre las piedras del río y pequeños
lugares con arena fina donde podías pisar sin temor a resbalar.
Allí
hay una piedra perfecta donde uno se sienta y………ocurre.
De
repente el mundo de alrededor desaparece, el ruido de los niños y las voces de
tus compañeros, tan solo existe la corriente del agua sobre los tobillos.
La
mirada desaparece en el interior del caudal transparente hasta cerrar los ojos,
la melodía del río se magnifica para ensordecer el ruido atmosférico de la
naturaleza.
Momento
de donde no sientes nada más que paz
interior.
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A la orilla
del río Nangaritza
Bajas
la cuesta, anonadado por el paisaje te dejas llevar hasta la orilla del río.
Te
sientas en una roca.
El sol decide deshacerse de las nubes para dar
calidez al ambiente.
Tus
ojos no saben en que fijarse, pues un cuadro está ante tus ojos, un río amazónico
son sus meandros rodeado de una inmensidad verde y un sistema montañoso al
fondo.
El
sonido de las aves y el murmullo de la amazonia,
acompasado con el agua del río.
Con
semejante BSO y el sol calentando como nunca, la vista se pierde en el infinito
verde dejándote embeber por el poder de la madre naturaleza.
Tu
cuerpo se queda en un estado de profundo relax. Los ojos terminan cerrándose
para agudizar el sentido del oído, y dejando entrar cada uno grandes y de los
pequeños pero muy significantes sonidos de la selva, y como si de una esponja
se tratara, absorberlos para realizar un mosaico en el cual perderte.
Cuando
vienen tus compañeros parece que han pasado días cuando tan solo han sido
minutos, esa es la magia de estos momentos.
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Parque Nacional Cajas
Vas
de ruta por una senda.
Te
quedas rezagado haciendo fotos.
Continuas
andando por la ruta hasta un enclave en el que hay que subir a unas rocas para
luego bajarlas por el otro lado.
Justo
cuando llegas a la cima de las rocas, te quedas petrificado.
Un
fuerte viento llega a ese punto, como si procedieran de los 4 puntos cardinales.
Tu
brazos se abren como si fueras a volar, cierras los ojos, y sientes como si el
viento te atravesara y limpiara todas las preocupaciones, problemas o
inquietudes. En pocos segundos de no pensar en absolutamente nada el cuerpo se
queda sin tª ni frío ni calor, y no pesa nada, a dejado de ser tuyo para formar
parte del viento fresco del Parque Nacional del Cajas.
Instantes
de purificación que cuando decides abrir los ojos te encuentras con un paisaje
ocre y extenso, acompañado por lagunas con carrizos decorando sus aguas.
Él te ayuda a continuar tu camino sin
desentonar con el momento de paz vivido.
No tengo palabras ;)
ResponderEliminarEso es bueno o malo? jeje
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