Andrea,
mi compañera de trabajo del año pasado y por supuesto amiga, me estaba esperando en la peligrosa
noche de Quito con un abrazo enorme.
La
última noche en Quito salimos a tomar algo junto con los compis de Andrea
(Diana y Nacho) y los amigos francoespañoles (Maria y Lloris). Me lo pase
genial y aunque torturara a Diana y Andrea para que se quedaran mas tarde y no
poder abrir un ojo al día siguiente en el trabajo, mereció la pena. Aunque como
siempre la pena llego con las despedidas. Es curioso como coges cariño a
alguien tan rápidamente.
Al
día siguiente decidí empezar por la mitad
del mundo. Pffffffffffffffff menudo chasco. Llegas allí y ves como a los
pies de un enorme monumento en forma de torre hay decenas de tiendas y
restaurantes tipo Port Aventura.
Tras
darle una oportunidad e intentar ver algo mas que la tradicional foto delante
de la raya del centro del mundo, un pie en cada hemisferio, decido salir de allí.
A la que es la realmente el 0º 0`0`` según los cálculos realizados por las
nuevas tecnologías vía GPS.
Un
poco mejor por los experimentos y algo mas atractivo, pero salí de allí con la
cabeza gacha pues parecía que el día iba a ser un fracaso.
Pero
que tan bueno es el karma cuando quiere y es que según me voy a subir al
autobús un señora anciana me hace hueco en el asiento que tiene a su lado y me
dice:
-
Siéntate hijo
que me gusta estar al lado de chicos
guapos.
Con
un poco de asombro me siento a su lado, y comenzamos a charlar.
Se
trata de una mujer de 86 años, pelo blanco, ropa moderna pero clásica en
colores marrones, la piel arrugada mostrando el trabajo de todos los años
pasados, una sonrisa tierna y dócil, y unas pequeñas gafas con montura de metal y seminuevos le
reposaban en su pequeña naricita. Se llama Efigenia,
y fue el regalo de Quito,
Es
viuda y vive sola, lejos del centro y
del bullicio, y a pesar de ser fe Guayaquil lleva toda la vida en Quito.
Cuando
habíamos charlado un rato de repente me dice:
-
Quieres
acompañarme a Conocoto??, voy a ver a
las hermanas teresitas porque mi hermana es la madre superiora.
-
Vale, esta
tarde no tenia plan
Efigenia,
tuvo 16 hij@s y cuenta la historia de como tan solo le quedan 2 con una
infinita tristeza. Y para colmo su hija vive muuuuy lejos de ella (curiosamente
en Murcia!!), no conoce a sus nietos españoles y hace muchos años que no la ve.
Si
por esto no fuera poco, a su ultimo hijo lo perdió tras 5 años de sufrimiento.
Se daño la columna vertebral y vendió todo su patrimonio para intentar
salvarle, pero no fue suficiente.
Sus
ojos dejaban de mirarme a ratos y fijaba su mirada perdida a través de la
ventanilla hacia el horizonte. Sin llegar a salir una sola lágrima, los ojos se
adivinaban vidriosos, y su voz temblaba a cada palabra.
No
sabía como reaccionar, pero sin saber como pase a ser su bastón en cada acera,
su compañero de visita, y al final termine siendo por un rato ese hijo que
debía tener mi misma edad. Hasta me llego a presentar a conocidos suyos que
hacia mucho que no veía jeje.
Poco
a poco se le fue cambiando el tono de voz y me fue contando como siendo
enfermera, entre un millón de cosas, junto con otras compañeras fundaron un
montón de escuelas. Fue explicando una a una según pasábamos por delante de
ellos.
De
cada palabra podías extraer un tremendo esfuerzo y trabajo en cada cosa que se
proponía. Y siempre terminaba con la parte de:
-
había que
hacer lo que fuera para sacar la familia adelante
No
se por qué, pero me cogió cariño. Era muy graciosa porque tuvimos que subirnos
a 4 autobuses diferentes hasta que encontramos uno que tuviera dos asientos juntos
vacíos. Además me regaló una pulsera de
un tipo que entro en el bus a vender y por nada del mundo me dejo pagar la
comida (un caldo de Mondongo, de sangre, cebolla y aguacate).
Fueron
4 horas absolutamente geniales, de esos momentos que no los ves venir y que te
hacen cambiar cualquier monumento o centro histórico turístico.
Tras
volver a Quito, tarde con Andrea en la plaza Foch (pza Gringolandia) y a
descansar.
El
día siguiente esta reservado para Mindo,
pero debido a la locura matinal de Quito, no llegue a tiempo al primer autobús
y tuve que coger otro mas tarde (lo que me facilito conocer a otra pareja de
españoles muy majos).
Mindo es EL lugar de las mariposas y los colibríes!!!!
Por
la noche fuimos junto con Maria y Lloris a cenar al barrio de Guapulo, en un
restaurante con un mirador fabuloso.
Con Andrea
Los 4 fantasticos
y luego Maria retratandome con las pinturas callejeras tan chulas mientras el taxi nos esperaba en medio de la calle sin dejar pasar al resto de coches (estamos loooocos)
El
día dedicado a Quito fue para ver iglesias y el centro histórico. Lo segundo es
muy chulo, una ciudad colonial con gran ambiente y cierto encanto. Lo primero
no lo llevo tan bien, entre lo que se cobra por entrar (una vez una persona me
dijo que “Mi padre no me cobra por entrar en su casa”, con toda la razón del
mundo), la riqueza que hay dentro de cada una y muchas otras cosas mas me crean
una reticencia que no significa que no aprecie la arquitectura tan mágica de la Basílica.
La visita al Museo de Guayasamin fue toda una experiencia, empezando por que casi asistimos al casi incendio del valor cultural mas grande de Ecuador, y después por el descubrimiento de un artista que transmite muchas cosas en sus muy peculiares pinturas.
Gracias Maestro por emocionarme en tan poco tiempo
QUITO EN LLAMAS (Parecía un presagio)
Esta obra no le dio tiempo a finalizarla al maestro antes de fallecer
Maria y yo haciendo el indio con las figuras que tanto le gustan
Y no podía irme de Quito sin visitar la sede central de Fe y Alegría un lugar donde se respira esperanza por una educación para todos y todas de calidad.
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