Son
las 7:30h, te levantas en tu cama reeelinda y bien cómoda, te duchas y te
encuentras listo y rejuvenecido para otro buen día .
Sales
a la calle y te das cuenta que el verano sigue sin llegar a esta ciudad, pero
da gusto respirar un aire fresco que te entra hasta el ultimo alveolo.
Tuerces
la esquina y ves como un montón de gente espera a que abra el banco, la mayoría
con uniforme de trabajo, y poquito mas adelante hay unos soportales coloniales
donde hay numerosos puestos de prensa y limpiabotas
Avanzas
hasta el primer impacto sensorial, y
es ver las torres de la majestuosa
pero humilde Catedral sobresaliendo por encima del parque Calderón, allá donde
hay una estatua suya rodeada de banderas de Ecuador y Argentina hechas de flores
y donde el sol te da directamente por primera vez y te deja una sensación de
calidez que te da unas ganas infinitas de sentarte en un banco para
disfrutarlo.
Sin
embargo ves como 3 niños con las ropas ennegrecidas están en un rinconcito
esperando un cliente para limpiarle las botas. (no decían que no había trabajo
infantil?? Todavía algo queda)
Dejas
la plaza atrás y sin dejar la pared enladrillada de la catedral vuelves a
sentir otro golpe sensorial. Esta vez te adentras en el mundo de los olores florales que hay en una placita
justo delante de una iglesia. Un montón de puestos con ramos de flores y
centros ya preparados para hacerle una ofrenda a la virgen. A pesar de no
entrar a la iglesia se puede observar como hay una virgen con un manto azul
enorme iluminado como si de fin de año se tratara. En la puerta de la iglesia
hay varios puestos de candelas con una infinidad de tipos tanto de colores como
de tamaños.
Vuelves
a torcer la esquina y dejar el olor de las flores para sentir el olor de un
pequeño puesto de empanadillas de queso que se están haciendo, sin poder
evitarlo te paras delante del puesto, miras a la señora, quizás de 50 o 60
años, con su cara bien calida y tierna y
le preguntas:
-
disculpe, cuento cuesta la empanada?
Mientras que esta sacando dos empanadillas del
aceite hirviendo acompañada de otra señorea de su misma edad y un joven que le
ayuda a poner el azúcar a cada empanada, te dice con una vocecita ligeramente
apagada:
-
son 20 centavitos
-
déme dos entonces
Observas
como te coge las dos recién hechas y con mejor apariencia, les da vuelta y
vuelta en el azúcar y las mete en una pequeña funda (bolsita) .
Te
metes la mano en el bolsillo y ves que tan solo 35 centavos tienes en suelto,
pero te mira con esa cara y te dice:
-
no pasa nada, es suficiente
Sacas
la empanadilla y disfrutas de otros sentidos mágicos, el tacto, caliente y bien crujiente y el gusto,
no tiene mucha cantidad pero está bien rica
Mientras
que vas saboreando la empanadilla vas pensando en la cantidad de sensaciones
que uno se pierde dentro de una ciudad por ir rápidamente a trabajar pensando
en que hoy es otro horrible día de trabajo.
Sigues
con la segunda empanadilla cruzando la plaza 10 de Agosto, donde un montón de
puestos están a medio abrir esperando otro día de comercio entre turistas y autóctonos.
Mientras, tus compañeros amenizan la
mañana con una de sus canciones favoritas y a pesar de no tener un gran
optimismo te dicen que hoy se han levantado alegres.
Tuerces otra esquina intentando que no te atropellen
en un paso de cebra y llegas al mercado donde una virgen decorada con flores recién
cortadas te da la bienvenida en la puerta. Te adentras en un mundo de colores y
sabores donde en mitad de las escaleras te encuentras a una de las pocas
personas que están pidiendo vestido con poncho marron oscuro, con sus barbas
blancas y su cara de haber sufrido mucho. Dando la vuelta buscas el pasillo de los
desayunos y allí, entre una larga fila de puestos de comida, esta la mujer que todos los días te atiende
con esa sonrisa embaucadora, y esta en el puesto cuya identificación esta en la
parte inferior de las tazas como E.
-
3 tazas de cacao y 1
morocho por favor
Vuelves
a darte cuenta que el sentido del gusto lo puedes apreciar constantemente en esta ciudad y solo degustas en la boca el sabor cuando bebes ese morocho (leche con arroz y canela) taaan rico.
Mas
empanadas gigantes de queso llegan a la mesa con sabor a masa de churro donde son
aderezadas mojándolas en el vaso alargado de cristal que contiene el morocho.
Terminas
tu segunda parte del desayuno y emprendes el camino al trabajo pasando por la
calle principal de cuenca, donde el tráfico se ha vuelto concurrido y la
policia pone un poquito de orden.
Bajas por las escaleras donde los peldaños
tienen los bordes con innumerables formas diferentes y eso hace que sean mas
divertidas bajarlas, cruzas el puente sobre el caudaloso rio y esperas a que el semáforo
se ponga en verde para peatones.
Cruzas
y te encuentras en la parte universitaria, donde montón de jóvenes y no tan jóvenes
entran y salen muy bien vestidos de la puerta de la facultad de filosofía.
Cuando
vuelves a torcer dejas el barullo de intenso tráfico para coger una calle
secundaria, la Av Loja , que te lleva después
de 500m directita al trabajo, no sin antes dejar de oler las humitas de la
cafeteria Aroma de Café, y el olor a pintura que esta justo antes de cruzar la
calle.
Llegas
al ultimo giro para entrar en la oficina y pasas delante de un hombre alto y negro
bien plantado con su semblante serio y penetrante, y te das cuenta que es el
hombre de seguridad de la empresas de maquinaria agricola que hay en la
esquina.
Entras
al edificio, saludas al portero, y cuando consigues entrar en la oficina después
de darle un buen empujon a la puerta saludas a todos los compañeros y
compañeras uno a uno dando besos y manos. Sus sonrisas y buenas palabras a
pesar de llegar tarde son el colofón perfecto para 30 minutos aproximados de
sensaciones en un medio urbano lleno de disturbios que te pueden hacer perderte
algunos momentos mágicos.
Buenos Días Viernes!!!
Creo que dentro de poco, me vas a aquitar el puesto de escritora ehh!! Me encanta tu narración descriptiva! Me alegro de que todo vaya tan bien!! Sigue disfrutando de la experiencia!!
ResponderEliminarBss, Bárbara
Que pasada, gracias por compartir de manera tan bonita tu experiencia, sigue contándonos y saboreando y disfrutando así ok? Un besico.
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